¡Madre mia! estamos a finales de Junio y llevo desde abril sin escribir...desde la vuelta del viaje a Venecia...¡han pasado tantas cositas desde entonces! Por lo pronto, volví a casa, a Madrid, que por mucho que me guste Austria, esa será SIEMPRE mi casa... y me lo pasé de cine...pueblo, con cenita en "El Lobo" incluida, mucho shopping y mucha fiesta ¡con limusina incluida hasta la puerta de la discoteca! y mucha familia...que se la echa mucho de menos desde aquí, más de lo que yo imaginaba al principio que la añoraría (bendito Skype).
Regresé a la capital austriaca la primera semana de Mayo, junto con mis padres, con los que ejercí de guía durante 5 agotadores días...que si el Ring, que si Schönbrunn, que si ver Nabucco en la Stattsoper, Grinzing, el centro, Hofburg...y...¡¡presentales a "Miguelito"!! (porque ya es Miguelito, ni Michi, ni Michael ni nada de eso...¡Miguelito!). Ya se hizo "oficial" en Semana Santa, en el pueblo, que yo tenía algo más que un amigo aquí en Austria ( por aquel entonces llevábamos 6 meses...medio año es como para considerarle más que amigo) y durante las reuniones familiares en el pueblo fue imposible llevarme un Miguelito de la Roda a la boca sin que alguien hiciese algún comentario fuera de tono al respecto, pero qué se le va a hacer ¡nací en la familia Heineken!...todos piensan en verde. Así que, ya que mis padres estaban por estos lares y que yo ya conocía a los suyos...pues hicimos una comida-presentación, pero con Laura y Erwin sentados también a la mesa, por aquello de hacerlo más informal...y también por hacerlo un alivio lingüístico, porque eso de ejercer de traductora simultánea entre mis padres y Michi fué agotador. Por lo demás, creo que fue todo de cine... :)
Me dio una pena enorme al despedirme de mis padres cuando cogían el tren que les llevaba al aeropuerto. ¡¡me hubiese gustado enseñarles tantas otras cosas de Viena!! ¡y me gustaba tanto sentir a mi familia conmigo!...pero tocaba volver a la rutina: a las clases, a estudiar y...¡a las excursiones!
Porque Mayo ha sido el mes de las excursiones.
El segundo finde de Mayo tocó excursión con Steffi. Laura y yo cogimos el tren en Westbanhof con dirección a Steyr, la ciudad de Steffi y donde nuestra amiga nos estaba esperando. (ella nos estaba esperando en Steyr...nosotras "decidimos" bajarnos una estación antes, en la fábrica de coches de Steyr...así que en vez de esperarnos, la pobre tuvo que ir a "buscarnos")...creo que el episodio "nos hemos colado en los vagones de primera" es digno al menos de ser mencionado...
Una vez en Steyr, el padre de Steffi se llevó las maletas en el coche y nosotras hicimos una visita rápida por la ciudad ¡¡¡que ciudad tan bonita!!! nos dijo Steffi que formaba parte de muchas "rutas románticas por Austria" y sin duda la ciudad es una monada...como un viaje en el tiempo, muy "principesca". Tan romántica debe ser que si no vimos 5 bodas durante aquel paseo por la ciudad, no vimos ninguna...
Comimos en casa de Steffi y cargamos los bártulos de nuevo en el Land Rover rumbo a nuestro destino: un pueblecito al otro lado del lago al que se asoma Hallstatt y a las faldas de Dachstein.
Por la tarde nos dimos el paseo de rigor por el pueblo (por supuesto, nos perdimos), jugamos con la tirolina del parque para niños e hicimos el ganso en el muelle frente al lago...donde recibimos la visita de un cisne en busca de comida que, viendo que no teníamos nada, empezó a gruñir como un perro...¡pero igualito! ¡que mal rollo de cisne!
Al día siguiente, tocaba subida a la montaña... a Hoher Dachstein. Compramos los billetes para el teleférico y... ¡arriba! la primera parada fué para ver "la cueva de hielo", como dice el nombre, es una cueva enorrrrrrme que por dentro está todita llena de estalactitas y estalacmitas de hielo, y las paredes también llenas de hielo. En las grandes concavidades había columnas enormes de hielo. ¡precioso! pero con un frio de tres pares de narices...no para ir con una sudaderita como iba yo, desde luego.
Después del espectáculo de la cueva de hielo, volvimos a coger el teleférico para subir un poquito más, hasta la cima de Hoher Dachstein, que creo que tiene unos 2500 metros. Allí arriba aún quedaba bastante nieve sin fundir, a pesar de que el sol calentaba que daba gusto. Tanto, que nos tumbamos en una de las "serpientes-banco" que había por allí a tomar el solete mientras comíamos un tentempie. Ya descansaditas nos asomamos desde una contrucción llamada "los 5 dedos" al valle. Desde allí arriba se veía tooodo el lago, Hallstatt, las montañas... Estábamos en el "nacimiento" de los Alpes...¡¡y vimos hasta un pájaro de los Alpes que vino a que le diésemos migas de pan!!
Por la tarde tocaba volver a Steyr, pero antes, hicimos una parada técnica en el lago, en una especie de playa-pradera que había antes de llegar a Hallstatt y allí una servidora consiguió meterse hasta la cadera en el agua helada del lago. Vuelta a Steyr y de allí, tren hasta Viena...el siguiente día era lunes...y había que volver a la "realidad"...aunque sólo por 5 días...
Cada vez tengo más claro que Erwin tenía más razón que un santo cuando nos dijo aquello de que Austria no es Viena...¡Austria es montañas!
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