¡¡ Es primavera!! y ha sido en esta semana cuando me he dado cuenta de lo que nos gusta a los españoles el sol, porque esta semana las tres Marías hemos aprovechado a base de bien cada ratito que hemos podido pasar en la calle.
El martes prometía ser un día soleado, Laura y yo terminábamos las clases a las 4 de la tarde, y Celia podía hacer un huequito en sus prácticas, así que quedamos las tres para, a las 4, tomar un cafecito al sol. Y eso hicimos. A las cuatro, nos encontramos en el hall de la facultad de Muthgasse, compramos unos cafés (por cierto, el mejor café de maquina que he probado en mi vida) y nos fuimos a charlar un ratito al sol. Ahí en las escaleras del edificio nuevo de Muthgasse nos sentamos con nuestros cafés a disfrutar de una perfecta tarde de primavera...risas por aquí, risas por allá, nos dieron casi las siete de la tarde...¡hasta que se nos fue el sol! Todas teníamos mucho que hacer, pero quién dice que no a una tarde de risas.
Nos debió saber a poco, porque el miércoles repetimos. Yo tenía un exámen a las 4, Laura había ido a la presentación de una asignatura y Celia haciendo trabajos en Muthgasse. Así que yo me uní a Celia, nuevamente en el hall de Muthgasse y cogimos el metro hasta Währinger Strasse, donde habíamos quedado con Laura y con Erwin. La idea inicial era la de ir a algún bar a tomar unas cervecitas o unos refrescos, pero la tarde era tan buena que era una pena desperdiciarla metiéndonos en ningún sitio, así que donde entramos fue a Penny's (un supermercado muy baratito), compramos algo para beber, algo para picar y nos fuimos a un parque cercano a pasar la tarde. Entre sorbito y sorbito, mordisco y mordisco, risa y risa, nos dieron las 7 de la tarde, allí, rodeadas de niños en monopatín y perritos paseando. Celia y yo teníamos a las 8 "latin aerobic" así que, con un poco de desgana, hubo que levantar el campamento...
Debe ser que nos quedamos con ganas de más, porque el miércoles, que las tres teníamos que comer allí en la universidad, decidimos también quedar para comer juntas. Pensamos en un primer momento en ir al comedor de la universidad, pero...habiendo sol...¡¡mejor fuera!! Junto a la estación de metro de Heiligenstadt, la más cercana a la universidad, habían abierto un kiosko de noodles chinos y sushi, que, con la cosa de la primavera, había plantado al lado un par de mesitas, sillas y sombrillas en plan terracita. Y allí estuvimos comiendo, nuestros noodles y nuestro sushi, sentaditas, una vez más, al sol de la primavera vienesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario