Hace mucho que no escribía...y creo que ha sido porque me ha faltado tiempo...¡eso es bueno! y es que desde que no escribo han pasado taaaantas cosas. Aquí en Viena, no se si por la ciudad o el país en sí o por mi condición de estudiante de intercambio, el tiempo es relativo...muyyyy relativo.
La mayoría de las veces los minutos parecen horas, el tiempo se estira enormemente, y en un solo día, en un sólo fin de semana,...te pueden pasar mil cosas...y aún así, siempre te faltan horas...pero al mismo tiempo, una mañana te sorprendes mirando al calendario y descubriendo que ya sólo queda un mes para coger un avión de regreso a casa, para pasar allí las navidades...de regreso a casa...¿y cuál es ahora mi casa?
Qué extraño cuando repites los mismos caminos en tu nueva ciudad, un día y otro y los haces tuyos, parte de tu vida, de tu rutina y te sientes en casa realmente y te tienes que parar cinco minutos y reflexionar para caer en el hecho de que estás a casi 2000 kilómetros de tu ciudad de origen...¡que no estoy en Madrid! hasta el hecho de no entender ni jota de las conversaciones que mantiene la gente en el autobus o el metro se te hace cotidiano, normal,...es parte de tu día a día y al mismo tiempo no deja de ser una situación totalmente diferente a lo que hasta ahora había sido tu vida. Es extraño, y es dificil...pero me gusta...que tu "piloto automático", mientras caminas mirando al suelo cuando vuelves de hacer la compra te haga pensar que estas en Madrid, hasta que levantas la vista y te encuentras con alguna de esas casas de ventanas enormes, con sus tejados a dos aguas, tan barrocas y señoriales y caes en la cuenta...¡no, no es Madrid...es Viena!
En la universidad se nos han acabado las "vacaciones" y ahora toca ponerse las pilas. Ha llegado el momento de currar duro, aunque el sistema sigue siendo extraño, muy extraño. Por lo pronto hemos pasado esta última semana en la planta piloto de la facultad haciendo pan...sí, haciendo pan. Es lo que le tocaba a nuestro grupo en la asignatura "Lebensmitteltechnologisches praktikum". La cosa era pensar en algún nuevo tipo de pan que pudiésemos hacer...y hacerlo. Probando con diferentes proporciones de ingredientes y ver cuál era la proporción de los mismos con la que el pan salía mejor (aspecto, sabor, textura...) y como en nuestro grupo hay un señor (sí, señor...según laura a ese ya se le llama señor) de Etiopía, nos dio la idea del Teff, un cereal de su país que es muy rico en proteínas e hicimos un montón de panes combinando la harina y los granos de este cereal con harina de trigo y harina de avena...¡todo un prote-pan!
Y ahora toca prepararse las otras...encontrar soluciones a nuestro "brote de Salmonella" en esa especie de "los sims" que es la asignatura de Food safety and risk management y averiguar cómo se analizan nutricionalmente los snacks (patatas, gusanitos...¡no, espera! que aquí no existen los gusanitos...), encontrar todos los métodos, aprendértelos, presentarlo y que el profesor te los pregunte o te pregunte cualquier cosa sobre alguno de ellos...¡eso es el exámen! antes de pasar a hacerlos en el laboratorio...y así con análisis microbiológicos y análisis físicos...es un tú te lo guisas, tú te lo comes.
Pero no todo es curro...entre medias ha habido tiempo para una Spanish night, para vivir un fin de semana de cuento de hadas, viajar a Leoben y Graz, tener una noche salsera con invitación a chupitos incluida por aquello de que éramos españolas...y descubrir cómo, según se va acercando la Navidad, Viena se va transformando en una especie de parque temático navideño...¡increible la que tienen montada en Rathausplatz!...pero eso ya da para otra entradita de blog...
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