Hace ya más de un año que empezó mi Erasmus... ¡¡y parece que fue ayer!!
Mis meses de Julio y Agosto transcurrieron también en Austria pero esta vez, con cambio de escenario. Dejé la monumental Viena para irme a vivir a un pueblo con aspiraciones de ciudad (desde mi punto de vista de persona que se ha criado en una ciudad de más de cuatro millones de habitantes), llamada Leoben y que está en otro de los Bundesland austriacos: Steiermark (o Estiria en español). Ahí es donde vive y estudia "Miguelito". Y ahí fuí yo a trabajar en prácticas en una fábrica de cerveza: Gösser (después de dos meses trabajando allí no se aún pronunciarlo ¡¡malditos umlaut!!).
Durante los dos meses que pasé en Leoben mi "morriña" se había vuelto casi enfermiza. Echába taaaaaaaaaaaanto de menos mi casa. Y Leoben no es Viena. A mi se me hacía pequeño... y aburrido. Lo bueno: que cada día de esos dos meses pude pasarlo con Michi.
Durante esos meses tuve también mi momento de estrés preparando los dos últimos exámenes de la carrera (¡¡y en los dos tuve un sobresaliente!! :D) y un día de risas visitando la casa-museo de Arnold Schwarzenegger en su pueblo natal: Thal bei Graz un día que llovía a mares... ¡Aaayy! ¡Graz! ¡cómo me gusta Graz! en Graz tuve alguna tardecita estupenda. Recuerdo especialmente un día con comida en un restaurante mongol, paseo por la ciudad con un heladito y luego un cine (en inglés, claro). Por tener, este verano, he tenido hasta una boda... fue en Agosto, en Burgenland, al este de Austria. Un ex-compañero de clase de Michi se casaba y fui a ejercer de consorte de Miguelito. Muy cosy todo... aunque, siendo sinceros... donde esté un boda a la española... ¿dónde estaban el plato de ibéricos, y el de langostinos? ¿y el corderito o el solomillo? ¿¿¿y las empanadillas y las croquetaaaaas??? esta gente no sabe comer... ;)
En agosto hubo también un día en que me sentí más lejos de mi familia que nunca... por primera vez fui consciente de verdad de lo que suponen 1800 kilómetros. Abrí mi cuenta de Facebook y tenía un mensaje de mi hermano... mi primo, con 31 años, había muerto en un accidente de tráfico. Toda mi familia estaría rota de dolor en aquel momento y yo no podía estar allí. Las noticias me llegaban con cuentagotas... en conversaciones por Skype... al día siguiente lo enterraban y yo no tenía ya ni tiempo de coger un vuelo. Qué sensación tan horrible.
Pero parece que la vida da una de cal y otra de arena... y, ese mismo mes de Agosto recibí una llamada de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena... ¡¡para hacer una entrevista de trabajo!! a la semana siguiente cogía el tren bien temprano rumbo a Viena. La entrevista fué de lujo... ¡¡y tenía trabajo para Octubre!!... mi ciudad-Erasmus iba a ser "mi ciudad" a partir de Octubre... al menos por los dos años que iba a durar el contrato. No me lo podía creer... ¡¡lo había conseguido!! un trabajo, de "lo mío"... ¡¡y podía quedarme en Austria!! no tenía que decir adios a mi Miguelito... sólo un hasta pronto.
Hasta pronto, porque yo estaba deseando volver a casa... a mi casa, casa... a mis Madriles. A primeros de Septiembre volvía a mi Madrid... pero antes, tocaba un finde estupendo con mi niño... ¡¡¡en Munich!!! cerveza por aquí, salchichas por allá... y como fuimos una semana antes de que empezase el Oktoberfest... hasta pudimos ver las "casetas" (o casazas) donde se celebra el festival. Y de regreso a Leoben visité uno de esos "sitios fetiche", un lugar que siempre había querido visitar : el palacio de Neuschwanstein...ese que parece sacado de una película Disney (o más bien Disney sacó de él la idea para los palacios de sus pelis)... ¡¡¡pues ese!!! y es que todo el área alrededor del castillo es como Fantasyland de los parques Disney...¡pero de verdad! con casitas y mansiones que parecen de cuento, o de muñecas.
A la vuelta de ese viaje por Baviera terminé de hacer mi maleta y puse rumbo a Viena... pero a su aeropuerto... ¡¡me esperaba aún un mesecito en mi tierra antes de volver a Austria!!
Una madrileña de Erasmus por Viena
domingo, 11 de diciembre de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
ESTO SE ACABA...¿O EMPIEZA?
Esta es mi última semana en Viena como Erasmus. No tengo mucho tiempo de pensar en ello, porque estoy hasta arriba de exámenes (junio es junio, estés dónde estés), pero cada vez que lo hago no puedo evitar esa presión tan incómoda en el pecho, que me hace difícil respirar, que hace que se me humedezcan los ojos y se me aprieten los dientes. Qué rápido se han ido estos 9 meses...¡cuántas más cosas me hubiese gustado hacer! siento que no he sacado todo el provecho que me hubiese gustado de este Erasmus... aunque creo que es una sensación que todo Erasmus tiene... el del millón de cosas que se han quedado por hacer.
El día 1 de Julio se marcha Laura de vuelta a Madrid ¡mi Lau! ¡qué habría sido de mi aquí en Viena sin ella!... y el día 11 se marcha Celia... las risas que me he echado con Celia. Y María, mi valenciana fiestera (a pesar de que ella diga que no es fiestera), de la que me despedí el pasado sábado después de celebrar su cumple, porque se marcha el jueves... y así un adios tras otro... o pensemos mejor que son "hasta luegos"...
Yo misma me voy el día 1 de aquí, ya el día 30, a las 10 de la mañana tengo que devolver las llaves de esta habitación que ha sido mi casa durante 9 meses ¡¡mi casita!! y dejar aquí mis amapolas de la pared... :(
Aunque mi caso es un poco distinto... yo no me voy de Viena para volver a España; yo sólo me voy unos kilómetros más al sur, pero no dejo Austria.
La suerte quiso que aquel día Laura y Natalia me convenciesen para salir, que fuese a la fiesta de la Universidad de Económicas aquí en Viena y que un chico llamado Michael se acercase a preguntarme algo en alemán, a lo que yo le respondí con un "no hablo alemán"... desde entonces han pasado 8 meses... y ese chico ha compartido conmigo todo mi Erasmus y ha curado muchas heridas que aún tenía abiertas. Ahora se ha convertido en el motivo de que yo no regrese a Madrid como todas mis amigas... el motivo por el que al final, me quiero quedar aquí en Austria.
Se me ha concedido una "prórroga" a mi Erasmus... Michael me ha conseguido (porque ha sido todo gracias a él) unas prácticas en verano en una fábrica de cerveza en la ciudad en la que él vive (que casualidad) así que el día 1 de julio cambio mi habitación individual, con baño y cocina para mi solita por compartir habitación con Miguelito, cocina con Miguelito, baño con Miguelito.. ¡Ayyy!
En fin... el día 1 de octubre del año pasado di un paso enorme, un paso de 1800 kilómetros... dejé mi país, mi ciudad, mi casa, mi uni... y me vine aquí de Erasmus... ese paso ha sido taaaaaan grande que ha cambiado mi vida por completo. Consecuencia de ese paso gigante en mi vida, viene ahora otro paso enorme, el de convivir con Michi, el de trabajar en una empresa austriaca y el de, ojala, poder conseguir quedarme aquí a vivir, se abre de nuevo el abismo, de nuevo la angustia, de nuevo el no saber que pasará, pero bueno... eso ya es otra historia... que acaba de empezar.
El día 1 de Julio se marcha Laura de vuelta a Madrid ¡mi Lau! ¡qué habría sido de mi aquí en Viena sin ella!... y el día 11 se marcha Celia... las risas que me he echado con Celia. Y María, mi valenciana fiestera (a pesar de que ella diga que no es fiestera), de la que me despedí el pasado sábado después de celebrar su cumple, porque se marcha el jueves... y así un adios tras otro... o pensemos mejor que son "hasta luegos"...
Yo misma me voy el día 1 de aquí, ya el día 30, a las 10 de la mañana tengo que devolver las llaves de esta habitación que ha sido mi casa durante 9 meses ¡¡mi casita!! y dejar aquí mis amapolas de la pared... :(
Aunque mi caso es un poco distinto... yo no me voy de Viena para volver a España; yo sólo me voy unos kilómetros más al sur, pero no dejo Austria.
La suerte quiso que aquel día Laura y Natalia me convenciesen para salir, que fuese a la fiesta de la Universidad de Económicas aquí en Viena y que un chico llamado Michael se acercase a preguntarme algo en alemán, a lo que yo le respondí con un "no hablo alemán"... desde entonces han pasado 8 meses... y ese chico ha compartido conmigo todo mi Erasmus y ha curado muchas heridas que aún tenía abiertas. Ahora se ha convertido en el motivo de que yo no regrese a Madrid como todas mis amigas... el motivo por el que al final, me quiero quedar aquí en Austria.
Se me ha concedido una "prórroga" a mi Erasmus... Michael me ha conseguido (porque ha sido todo gracias a él) unas prácticas en verano en una fábrica de cerveza en la ciudad en la que él vive (que casualidad) así que el día 1 de julio cambio mi habitación individual, con baño y cocina para mi solita por compartir habitación con Miguelito, cocina con Miguelito, baño con Miguelito.. ¡Ayyy!
En fin... el día 1 de octubre del año pasado di un paso enorme, un paso de 1800 kilómetros... dejé mi país, mi ciudad, mi casa, mi uni... y me vine aquí de Erasmus... ese paso ha sido taaaaaan grande que ha cambiado mi vida por completo. Consecuencia de ese paso gigante en mi vida, viene ahora otro paso enorme, el de convivir con Michi, el de trabajar en una empresa austriaca y el de, ojala, poder conseguir quedarme aquí a vivir, se abre de nuevo el abismo, de nuevo la angustia, de nuevo el no saber que pasará, pero bueno... eso ya es otra historia... que acaba de empezar.
domingo, 26 de junio de 2011
UN MAYO DE VIAJE (PARTE II)
Pues la "realidad" y la rutina nos duró eso... 5 días. El fin de semana siguiente, tocaba de nuevo excursión. Destino: Salzburgo. Michi nos iba a llevar desde Leoben hasta Salzburgo, haciendo alguna que otra paradita técnica.
Dimos una vueltecita por el pueblo, su iglesia, su "sala de los cráneos", Laura compró un par de gorritos austriacos y nos montamos de nuevo en el coche.
De regreso al hostel, Michi y yo nos quedamos un poco apartados de las chicas, que iban por detrás de nosotros dos. En esto que veo que se saca un papelito del bolsillo, lo lee de reojillo y muy serio y con tono romántico me suelta un "Te quiero, chochito"..."¿chochito?" salté, y lo siguiente fue una carcajada (cualquiera que me conozca sabe cómo son mis carcajadas... ejem) y empecé a reirme hasta llorar. Me tuve hasta que sentar en el bordillo de unos jardines que había allí. Estas víborillas que ya se habían percatado de que su broma había sido ejecutada, llegaron hasta donde estábamos los dos, partiéndose de risa, a lo que Michi volvió a poner la guinda preguntándoles...What means "chochito"? las carcajadas de todas se tuvieron que oir hasta en Viena.
Las chicas (entiéndase Laura, Celia y Natalija), fueron a Leoben el viernes, yo fui un día antes, por aquello de estar con Miguelito un poquito más de tiempo, y porque las chicas llegarían el viernes por la noche, a las 9 y algo a Leoben y para esa hora había un "ball" de esos que les gustan tanto a los austriacos allí en Leoben y Michi me había pedido muy encarecidamente que fuese con él (me lo pidió hasta en español...qué pronto ha aprendido lo del porfi, porfi, porfiiiii), así que nada... tocaba ir con un poquito de antelación.
No nos quedamos hasta muy tarde en ball... lo justo para que el niño cumpliese con su obligación de centroeuropeo de pimplarse un mínimo de 5 cervecitas (perdí la cuenta ahí, no se si caería alguna más... :S), porque el sábado había que levantarse tempranito y el centroeuropeo cervecero ejercía de chofer....
Como debía ser, el sábado nos levantamos tempranito y tempranito salimos de Leoben rumbo a Salzburgo...pero en el camino teníamos una primera parada: Hallstatt.
Hallstatt es un pueblo de postal. Es la típica foto que aparece en google cuando buscas "Austria". Es un sitio precioso, pintoresco...especial. Las casitas de colores, que parecen casas de muñecas, con sus balcones de madera asomando a un lago de aguas negras en el que se reflejan. Es para verlo. Lo bueno y lo malo de ese sitio, es que allí lo raro es que haga sol. Pero es lo que tiene un pueblo que esta rodeado de montañas altísimas cubiertas de bosque: que llueve mucho. Puede ser un inconveniente, pero también tiene su parte positiva... el espectáculo que ofrecían las montañas, con la niebla subiendo desde sus bosques de pinos...no tiene precio.
Dimos una vueltecita por el pueblo, su iglesia, su "sala de los cráneos", Laura compró un par de gorritos austriacos y nos montamos de nuevo en el coche.
De nuevo en ruta, le dimos a Michi un poquito la lata canturreando canciones de esas que cantas de peque cuando vas en el autobús, de excursión con el colegio. Desde "Juan robó pan..." hasta "Madre noche en las trincheras..." pasando por alguna que otra subidita de tono. ¡Qué peligro tienen 3 españolas aburrías en un coche!
Y llegamos a la siguiente parada: Bad Ischl (¡Jesús!). Por lo visto era una ciudad que a Francisco José le gustaba mucho y el toquecito "imperial" se nota... comer, comimos en un Mc Donalds, por aquello de que íbamos muerticas de hambre y apremiaba llenar el estómago, pero reservamos nuestro "yo" más pijo para el café. Michi nos llevó a un "Café" junto al río: "Kauner konditorei". Una especie de "orangerie" super pijíiiisima, ¡¡con su pianista y su violonchelista y todo!! monísimo. La verdad es que nuestro grupito bajaba la media de edad de los presentes en el local considerablemente, pero el lugar merecía la pena...¡y las tartas y los bollos que nos pedimos con el café todavía la merecían más!
Una vez lleno el estómago tomamos rumbo definitivo a Salzburgo. Desde aquí aprovecho para pedir disculpas a mis compañeras de viaje y en especial al conductor por mi empane sin límites... (ejem, dejémoslo ahí...), por el que llegamos un poquito más tarde de lo debido al hostel.
Esa misma noche, aprovechamos para dar un paseito a la luz de la luna por la ciudad e ir a tomar algo a la "Augustiner brauerei" un antiguo monasterio reconvertido en un conjunto de salas donde beber cerveza (What else?) y con tiendecitas para comprar comida con la que acompañar la birra. Lo único que empañó aquella noche fue que el Barça ganó la Champions... pero esos momentos en los que me acequé a la sala a ver cómo iba el partido, lo aprovecharon estas pecoritas de amigas mías para regalarme unos de los momentos en los que más me he reído en todo mi Erasmus.
Durante toda la noche le habíamos estado escribiendo a Michi en un papelito varias "perlitas lingüísticas" en español, que les hace mucha gracia a los guiris la ingente cantidad de tacos que tenemos en el castellano, pero al parecer dijo que podrían enseñarle algo más que tacos, algo bonito... y sí... algo bonito le enseñaron a decir...
Desde luego que la primera vez que Michi me dijo "Te quiero" va a ser inolvidable...
En el hostel caímos tod@s al ratito, y es que el día siguiente iba a ser durito también: tocaba visitar Salzburgo de arriba a abajo en un solo día.
Empezamos con Hellbrunn donde Celia, Laura y yo nos dimos una "ducha" mañanera en los juegos de agua del príncipe arzobispo (lo que más me gustó de todo Salzburgo, por cierto) donde nos hartamos a reir y de donde yo salí totalmente empapada (menos mal que hacía un solazo estupendo ese día).
Y continuamos con la fortaleza, las calles del centro, la catedral, los jardines de Mirabell... foto por aquí, foto por allí... un "the hills are alive with the sound of music" por aquí, un "doe a deer, a female deer" por allí, emulando la pelí de Sonrisas y Lágrimas nos pateamos Salzburgo.
¡Qué decir de Salzburgo! desde luego, es una ciudad de película...es curioso, porque había planeado ese viaje hace años, para hacerlo desde España. Nunca se me había ocurrido que estaría viviendo durante un año en Austria y que haría esa visita con mis compañeras de Erasmus... y ha resultado ser un viaje estupendo, más que estupendo...me he reído a más no poder y hemos visto paisajes impresionantes...y lo que me queda... :)
En el hostel caímos tod@s al ratito, y es que el día siguiente iba a ser durito también: tocaba visitar Salzburgo de arriba a abajo en un solo día.
Empezamos con Hellbrunn donde Celia, Laura y yo nos dimos una "ducha" mañanera en los juegos de agua del príncipe arzobispo (lo que más me gustó de todo Salzburgo, por cierto) donde nos hartamos a reir y de donde yo salí totalmente empapada (menos mal que hacía un solazo estupendo ese día).
Y continuamos con la fortaleza, las calles del centro, la catedral, los jardines de Mirabell... foto por aquí, foto por allí... un "the hills are alive with the sound of music" por aquí, un "doe a deer, a female deer" por allí, emulando la pelí de Sonrisas y Lágrimas nos pateamos Salzburgo.
¡Qué decir de Salzburgo! desde luego, es una ciudad de película...es curioso, porque había planeado ese viaje hace años, para hacerlo desde España. Nunca se me había ocurrido que estaría viviendo durante un año en Austria y que haría esa visita con mis compañeras de Erasmus... y ha resultado ser un viaje estupendo, más que estupendo...me he reído a más no poder y hemos visto paisajes impresionantes...y lo que me queda... :)
miércoles, 22 de junio de 2011
UN MAYO DE VIAJE (PARTE I)
¡Madre mia! estamos a finales de Junio y llevo desde abril sin escribir...desde la vuelta del viaje a Venecia...¡han pasado tantas cositas desde entonces! Por lo pronto, volví a casa, a Madrid, que por mucho que me guste Austria, esa será SIEMPRE mi casa... y me lo pasé de cine...pueblo, con cenita en "El Lobo" incluida, mucho shopping y mucha fiesta ¡con limusina incluida hasta la puerta de la discoteca! y mucha familia...que se la echa mucho de menos desde aquí, más de lo que yo imaginaba al principio que la añoraría (bendito Skype).
Regresé a la capital austriaca la primera semana de Mayo, junto con mis padres, con los que ejercí de guía durante 5 agotadores días...que si el Ring, que si Schönbrunn, que si ver Nabucco en la Stattsoper, Grinzing, el centro, Hofburg...y...¡¡presentales a "Miguelito"!! (porque ya es Miguelito, ni Michi, ni Michael ni nada de eso...¡Miguelito!). Ya se hizo "oficial" en Semana Santa, en el pueblo, que yo tenía algo más que un amigo aquí en Austria ( por aquel entonces llevábamos 6 meses...medio año es como para considerarle más que amigo) y durante las reuniones familiares en el pueblo fue imposible llevarme un Miguelito de la Roda a la boca sin que alguien hiciese algún comentario fuera de tono al respecto, pero qué se le va a hacer ¡nací en la familia Heineken!...todos piensan en verde. Así que, ya que mis padres estaban por estos lares y que yo ya conocía a los suyos...pues hicimos una comida-presentación, pero con Laura y Erwin sentados también a la mesa, por aquello de hacerlo más informal...y también por hacerlo un alivio lingüístico, porque eso de ejercer de traductora simultánea entre mis padres y Michi fué agotador. Por lo demás, creo que fue todo de cine... :)
Me dio una pena enorme al despedirme de mis padres cuando cogían el tren que les llevaba al aeropuerto. ¡¡me hubiese gustado enseñarles tantas otras cosas de Viena!! ¡y me gustaba tanto sentir a mi familia conmigo!...pero tocaba volver a la rutina: a las clases, a estudiar y...¡a las excursiones!
Porque Mayo ha sido el mes de las excursiones.
El segundo finde de Mayo tocó excursión con Steffi. Laura y yo cogimos el tren en Westbanhof con dirección a Steyr, la ciudad de Steffi y donde nuestra amiga nos estaba esperando. (ella nos estaba esperando en Steyr...nosotras "decidimos" bajarnos una estación antes, en la fábrica de coches de Steyr...así que en vez de esperarnos, la pobre tuvo que ir a "buscarnos")...creo que el episodio "nos hemos colado en los vagones de primera" es digno al menos de ser mencionado...
Una vez en Steyr, el padre de Steffi se llevó las maletas en el coche y nosotras hicimos una visita rápida por la ciudad ¡¡¡que ciudad tan bonita!!! nos dijo Steffi que formaba parte de muchas "rutas románticas por Austria" y sin duda la ciudad es una monada...como un viaje en el tiempo, muy "principesca". Tan romántica debe ser que si no vimos 5 bodas durante aquel paseo por la ciudad, no vimos ninguna...
Comimos en casa de Steffi y cargamos los bártulos de nuevo en el Land Rover rumbo a nuestro destino: un pueblecito al otro lado del lago al que se asoma Hallstatt y a las faldas de Dachstein.
Por la tarde nos dimos el paseo de rigor por el pueblo (por supuesto, nos perdimos), jugamos con la tirolina del parque para niños e hicimos el ganso en el muelle frente al lago...donde recibimos la visita de un cisne en busca de comida que, viendo que no teníamos nada, empezó a gruñir como un perro...¡pero igualito! ¡que mal rollo de cisne!
Al día siguiente, tocaba subida a la montaña... a Hoher Dachstein. Compramos los billetes para el teleférico y... ¡arriba! la primera parada fué para ver "la cueva de hielo", como dice el nombre, es una cueva enorrrrrrme que por dentro está todita llena de estalactitas y estalacmitas de hielo, y las paredes también llenas de hielo. En las grandes concavidades había columnas enormes de hielo. ¡precioso! pero con un frio de tres pares de narices...no para ir con una sudaderita como iba yo, desde luego.
Después del espectáculo de la cueva de hielo, volvimos a coger el teleférico para subir un poquito más, hasta la cima de Hoher Dachstein, que creo que tiene unos 2500 metros. Allí arriba aún quedaba bastante nieve sin fundir, a pesar de que el sol calentaba que daba gusto. Tanto, que nos tumbamos en una de las "serpientes-banco" que había por allí a tomar el solete mientras comíamos un tentempie. Ya descansaditas nos asomamos desde una contrucción llamada "los 5 dedos" al valle. Desde allí arriba se veía tooodo el lago, Hallstatt, las montañas... Estábamos en el "nacimiento" de los Alpes...¡¡y vimos hasta un pájaro de los Alpes que vino a que le diésemos migas de pan!!
Por la tarde tocaba volver a Steyr, pero antes, hicimos una parada técnica en el lago, en una especie de playa-pradera que había antes de llegar a Hallstatt y allí una servidora consiguió meterse hasta la cadera en el agua helada del lago. Vuelta a Steyr y de allí, tren hasta Viena...el siguiente día era lunes...y había que volver a la "realidad"...aunque sólo por 5 días...
Cada vez tengo más claro que Erwin tenía más razón que un santo cuando nos dijo aquello de que Austria no es Viena...¡Austria es montañas!
Regresé a la capital austriaca la primera semana de Mayo, junto con mis padres, con los que ejercí de guía durante 5 agotadores días...que si el Ring, que si Schönbrunn, que si ver Nabucco en la Stattsoper, Grinzing, el centro, Hofburg...y...¡¡presentales a "Miguelito"!! (porque ya es Miguelito, ni Michi, ni Michael ni nada de eso...¡Miguelito!). Ya se hizo "oficial" en Semana Santa, en el pueblo, que yo tenía algo más que un amigo aquí en Austria ( por aquel entonces llevábamos 6 meses...medio año es como para considerarle más que amigo) y durante las reuniones familiares en el pueblo fue imposible llevarme un Miguelito de la Roda a la boca sin que alguien hiciese algún comentario fuera de tono al respecto, pero qué se le va a hacer ¡nací en la familia Heineken!...todos piensan en verde. Así que, ya que mis padres estaban por estos lares y que yo ya conocía a los suyos...pues hicimos una comida-presentación, pero con Laura y Erwin sentados también a la mesa, por aquello de hacerlo más informal...y también por hacerlo un alivio lingüístico, porque eso de ejercer de traductora simultánea entre mis padres y Michi fué agotador. Por lo demás, creo que fue todo de cine... :)
Me dio una pena enorme al despedirme de mis padres cuando cogían el tren que les llevaba al aeropuerto. ¡¡me hubiese gustado enseñarles tantas otras cosas de Viena!! ¡y me gustaba tanto sentir a mi familia conmigo!...pero tocaba volver a la rutina: a las clases, a estudiar y...¡a las excursiones!
Porque Mayo ha sido el mes de las excursiones.
El segundo finde de Mayo tocó excursión con Steffi. Laura y yo cogimos el tren en Westbanhof con dirección a Steyr, la ciudad de Steffi y donde nuestra amiga nos estaba esperando. (ella nos estaba esperando en Steyr...nosotras "decidimos" bajarnos una estación antes, en la fábrica de coches de Steyr...así que en vez de esperarnos, la pobre tuvo que ir a "buscarnos")...creo que el episodio "nos hemos colado en los vagones de primera" es digno al menos de ser mencionado...
Una vez en Steyr, el padre de Steffi se llevó las maletas en el coche y nosotras hicimos una visita rápida por la ciudad ¡¡¡que ciudad tan bonita!!! nos dijo Steffi que formaba parte de muchas "rutas románticas por Austria" y sin duda la ciudad es una monada...como un viaje en el tiempo, muy "principesca". Tan romántica debe ser que si no vimos 5 bodas durante aquel paseo por la ciudad, no vimos ninguna...
Comimos en casa de Steffi y cargamos los bártulos de nuevo en el Land Rover rumbo a nuestro destino: un pueblecito al otro lado del lago al que se asoma Hallstatt y a las faldas de Dachstein.
Por la tarde nos dimos el paseo de rigor por el pueblo (por supuesto, nos perdimos), jugamos con la tirolina del parque para niños e hicimos el ganso en el muelle frente al lago...donde recibimos la visita de un cisne en busca de comida que, viendo que no teníamos nada, empezó a gruñir como un perro...¡pero igualito! ¡que mal rollo de cisne!
Al día siguiente, tocaba subida a la montaña... a Hoher Dachstein. Compramos los billetes para el teleférico y... ¡arriba! la primera parada fué para ver "la cueva de hielo", como dice el nombre, es una cueva enorrrrrrme que por dentro está todita llena de estalactitas y estalacmitas de hielo, y las paredes también llenas de hielo. En las grandes concavidades había columnas enormes de hielo. ¡precioso! pero con un frio de tres pares de narices...no para ir con una sudaderita como iba yo, desde luego.
Después del espectáculo de la cueva de hielo, volvimos a coger el teleférico para subir un poquito más, hasta la cima de Hoher Dachstein, que creo que tiene unos 2500 metros. Allí arriba aún quedaba bastante nieve sin fundir, a pesar de que el sol calentaba que daba gusto. Tanto, que nos tumbamos en una de las "serpientes-banco" que había por allí a tomar el solete mientras comíamos un tentempie. Ya descansaditas nos asomamos desde una contrucción llamada "los 5 dedos" al valle. Desde allí arriba se veía tooodo el lago, Hallstatt, las montañas... Estábamos en el "nacimiento" de los Alpes...¡¡y vimos hasta un pájaro de los Alpes que vino a que le diésemos migas de pan!!
Por la tarde tocaba volver a Steyr, pero antes, hicimos una parada técnica en el lago, en una especie de playa-pradera que había antes de llegar a Hallstatt y allí una servidora consiguió meterse hasta la cadera en el agua helada del lago. Vuelta a Steyr y de allí, tren hasta Viena...el siguiente día era lunes...y había que volver a la "realidad"...aunque sólo por 5 días...
Cada vez tengo más claro que Erwin tenía más razón que un santo cuando nos dijo aquello de que Austria no es Viena...¡Austria es montañas!
viernes, 15 de abril de 2011
¡¡¡VENEZIA!!!
Después de un par de semanitas estresantes de clases, con sus prácticas y sus lectures, y sin ver a mi "Miguelito", ¡qué mejor que un palizón en tren y en autobús!
La verdad es que era lo que menos me apetecía, peeeeroooo...el destino y el motivo bien merecían la pena, (y bus y tren y lo que hiciera falta): pasar un fin de semana con Michi en ¡Venecia! Ohhhhh
Lo planeó todo él: el hotel, el transporte... y aunque con algún que otro contratiempo por culpa del maldito servicio postal de correos de Austria que me debe tener manía, el viernes al mediodía estábamos pisando suelo veneciano.
El hotel en Murano era una monada, pequeñito, nos dieron una habitación en la última planta, abuhardillada... una cucada... y Venecia...pues que decir de Venecia...¡es preciosa! es...¡Venecia!
No faltó nada en nuestro finde: nos tomamos un café en la Plaza de San Marcos, comimos pizza, pasta en un restaurante escondido en una de la miles de callejuelas de Venecia, disfrutamos de un gelatto artesano mientras nos perdíamos entre puentes y canales... y acabé con mal de tierra de tanto vaporetto para arriba, vaporetto para abajo: cuando estaba en "tierra firme" o sentada a una mesa, se movía todo...
Por supuesto, visita al Palacio del Duque...muy gracioso...fuimos a última hora, faltaba una hora y poco para que cerrasen y la mujer de la entrada nos dijo que mejor fuésemos al día siguiente por la mañana porque para verlo se necesitaban al menos dos horas, pero dijimos ¡qué narices! corremos un poquito y ya está...¿¿dos horas?? en 20 minutos ya habíamos visto todo el palacio incluidas las prisiones. Corriendo por las escaleras de oro, tarareando la canción de Rocky. Nos dio tiempo a verlo dos veces y pararnos a hacer fotos en el puente de los suspiros, donde los presos del duque suspiraban al ver por última vez en sus vidas, la luz del día y hacer un poquito el ganso en las prisiones, con la tipica foto de ¡estoy encerrao!
Hasta tuve mi ataque de risa en la torre que hay en la plaza de San Marco... si es que Venecia estaba plagada de españoles y los españoles gritamos mucho, y claro un español hace una broma sobre el tío que curra apretando el botón del ascensor para que suba la gente, y cuando entras en el ascensor...pues no te puedes contener. ¡¡qué palo!!
Y por otro lado, me sentí como en casa ¡entendía los carteles de publicidad del vaporetto! ¡y a la gente, aunque me hablase en italiano! ¡¡y gritan al hablar y hacen tanto ruido como nosotros!! y en Murano... la colada tendida en cuerdas en las fachadas de las casas...¡cómo en España! ¡que luego la calle huele a suavizante para ropa! Aaahhh ¡¡casa!!
Qué finde tan bueno pasé...y el tiempo fué perfecto: sol, sol y más sol... entre eso y el olor a mar del agua ¡me sentía de vacaciones!...pero no, no eran vacaciones, sólo un fin de semana. El domingo tocaba hacer de nuevo la maleta y dejar atrás el sol, el mar, los vaporettos y ese ruido de la gente en la calle que antes no me gustaba en España y que ahora adoro...
...DE DOMINGOS PERFECTOS
Después de un pedazo de día de excursión el sábado 2 de abril, el domingo día 3 empezó tempranito, porque había quedado con Laura y su amiga a las 8 u 8 y cuarto de la mañana en la estación de Schottentor para lir desde allí a la capilla de Hofburg. Los domingos por la mañana en esta capilla, se hace una misa cantada en la que cantan también los famosos niños cantores de Viena. La misa empieza a las 9 y cuarto. Pero aquí unas servidoras son estudiantes, con un presupuesto ajustado y pagar los 5 euros que es la entrada más barata por ver una misa cantada...pues como que no... así que nos tocaba ir un poquito antes para ponernos en "la cola de los pobres"... y es que existe la opción de ver la misa gratis...claro, siempre que estés dispuesto a madrugar un poquito más, para coger posición en la cola, y a escuchar toda la misa de pie, al fondo de la capilla. Que fue lo que nosotras hicimos, vamos...
El madrugón mereció la pena, muy bonita toooda la parafernalia eucarística; yo creo que incluso llevada aún más al extremo, por aquello de tratarse de la capilla del Palacio Imperial. Los niños, una maravilla de voces. La verdad es que con alguna de las canciones que cantaron se me puso la piel de gallina ¡¡muy bonito!! pena que no dejasen grabar más que al final, que yo creo que fue la canción que menos me gustó de las que cantaron.
Libres de pecado pusimos rumbo a Schönbrunn, junto a Kim, una "vecina" de la residencia de Laura...por aquello de verlo en los primeros días de la primavera... y ¡ooooh! este sitio me gusta más cada vez que lo visito. Las fuentes estaban aún vacías y no funcionaban, pero el día era soleado, podía decirse que hacía hasta calor, los almendros y los magnolios ya estaban con todas sus flores y los jardines estaban llenos de gente que había salido, como nosotras, a disfrutar de un paseo bajo el sol.
Subimos a la Gloriette, desde donde se puede ver toda Viena y luego de vuelta al palacio. Es el sitio perfecto para un paseo.
Con tanto madrugón, habíamos desayunado prontísimo y el hambre hizo acto de presencia. Schönbrunn estaba ya visitado y los precios en los restaurantes de allí son prohibitivos, así que, decidimos ir a nuestro local de noodles favorito de Viena, en Mariahilferstrasse.
Misa cantada por los niños cantores de Viena, paseo bajo el sol en un Schönbrunn que daba la bienvenida a la primavera y para comer los noodles más ricos de toda Viena y que además, son baratitos ...¿se puede pedir algo más? ¡¡sí!! ¡una siesta bajo el sol para bajar los noodles!
Bajamos hasta el final de Mariahilferstrasse hasta la praderita que hay frente a MuseumsQuartier, que estaba llena de gente joven con sus guitarras o sus laptop o simplemente charlando, o...como íbamos a hacer nosotras, relajándose un poquito tumbados en el césped, tomando el sol. Nos pusimos los bolsos y mochilas como almohada y...¡relax! creo que todas nosotras, por un rato, nos quedamos dormidas. ¡¡¡pero qué agustito se estaba!!! al calor del solete de mediodía y, si abrias un poquito los ojos, la vista del Kunsthistorischesmuseum...aaaaaaaaaaaah
La guinda a la siesta vino después, cuando nos levantamos y, de merienda, nos tomamos el primer heladito del año. Mmmm una tarrinita de helado de melón y de plátano ¡rico, rico!
Y disfrutando del helado (unas más que otras...Laura se pidió cono en vez de tarrina y se lo tuvo que comer a bocados para que el helado no acabase por todo su brazo) pusimos rumbo a la Ópera, echando por el camino un vistacillo a Burggarten y su estatua de Mozart, asediada por turistas japoneses tomando fotos.
Recuperando el argumento de que somos estudiantes y nuestro presupuesto ajustado, de nuevo en la Ópera nos pusimos en la cola de los pobres...esa que te permite disfrutar de una ópera en la mismísima Staatsoper de Viena, por 3 euros.
Ese día tocaba Madama Butterfly y era el último día que se representaba. Ya hemos ido en otras ocasiones a la Ópera con estas entradas de 3 euros y habíamos probado en distintos lugares sin convencernos mucho, así que esa vez probamos en la gallerie y ¡bingo! es el mejor sitio para verlo...es arriba del todo, en lo que viene a ser el gallinero, pero estás justo enfrente del escenario, nada de laterales, así que no pierdes detalle.
Y...se abrió el telón...un decorado precioso, de un jardín japonés ocupaba el escenario. ¡¡qué ópera tan bonita!! La que más me ha gustado de las que he ido a ver aquí en Viena. Los decorados, el vestuario y la cantante principal, que lo hizo de cine ¡¡hubo algún momento en que hasta me daban ganas de llorar!!¡qué bonita! sin duda repetiría...qué final tan bonito para un domingo tan estupendo. La sensación que tenía al salir de la Staatsoper, después de todo lo vivido aquel domingo era de felicidad total... y no me había hecho falta ni gastar mucho dinero, ni ponerme el mejor modelito, ni ir a la discoteca de moda...con un paseo al sol en un sitio tan bonito como Schönbrunn, una siesta al sol, un helado y unos noodles, la compañía de gente estupenda con la que echar unas risas y música para empezar y acabar el día, me sentía la persona más feliz del mundo.
"La cola de los pobres" ;P |
El madrugón mereció la pena, muy bonita toooda la parafernalia eucarística; yo creo que incluso llevada aún más al extremo, por aquello de tratarse de la capilla del Palacio Imperial. Los niños, una maravilla de voces. La verdad es que con alguna de las canciones que cantaron se me puso la piel de gallina ¡¡muy bonito!! pena que no dejasen grabar más que al final, que yo creo que fue la canción que menos me gustó de las que cantaron.
Libres de pecado pusimos rumbo a Schönbrunn, junto a Kim, una "vecina" de la residencia de Laura...por aquello de verlo en los primeros días de la primavera... y ¡ooooh! este sitio me gusta más cada vez que lo visito. Las fuentes estaban aún vacías y no funcionaban, pero el día era soleado, podía decirse que hacía hasta calor, los almendros y los magnolios ya estaban con todas sus flores y los jardines estaban llenos de gente que había salido, como nosotras, a disfrutar de un paseo bajo el sol.
Subimos a la Gloriette, desde donde se puede ver toda Viena y luego de vuelta al palacio. Es el sitio perfecto para un paseo.
Con tanto madrugón, habíamos desayunado prontísimo y el hambre hizo acto de presencia. Schönbrunn estaba ya visitado y los precios en los restaurantes de allí son prohibitivos, así que, decidimos ir a nuestro local de noodles favorito de Viena, en Mariahilferstrasse.
Misa cantada por los niños cantores de Viena, paseo bajo el sol en un Schönbrunn que daba la bienvenida a la primavera y para comer los noodles más ricos de toda Viena y que además, son baratitos ...¿se puede pedir algo más? ¡¡sí!! ¡una siesta bajo el sol para bajar los noodles!
Bajamos hasta el final de Mariahilferstrasse hasta la praderita que hay frente a MuseumsQuartier, que estaba llena de gente joven con sus guitarras o sus laptop o simplemente charlando, o...como íbamos a hacer nosotras, relajándose un poquito tumbados en el césped, tomando el sol. Nos pusimos los bolsos y mochilas como almohada y...¡relax! creo que todas nosotras, por un rato, nos quedamos dormidas. ¡¡¡pero qué agustito se estaba!!! al calor del solete de mediodía y, si abrias un poquito los ojos, la vista del Kunsthistorischesmuseum...aaaaaaaaaaaah
La guinda a la siesta vino después, cuando nos levantamos y, de merienda, nos tomamos el primer heladito del año. Mmmm una tarrinita de helado de melón y de plátano ¡rico, rico!
Y disfrutando del helado (unas más que otras...Laura se pidió cono en vez de tarrina y se lo tuvo que comer a bocados para que el helado no acabase por todo su brazo) pusimos rumbo a la Ópera, echando por el camino un vistacillo a Burggarten y su estatua de Mozart, asediada por turistas japoneses tomando fotos.
Recuperando el argumento de que somos estudiantes y nuestro presupuesto ajustado, de nuevo en la Ópera nos pusimos en la cola de los pobres...esa que te permite disfrutar de una ópera en la mismísima Staatsoper de Viena, por 3 euros.
Ese día tocaba Madama Butterfly y era el último día que se representaba. Ya hemos ido en otras ocasiones a la Ópera con estas entradas de 3 euros y habíamos probado en distintos lugares sin convencernos mucho, así que esa vez probamos en la gallerie y ¡bingo! es el mejor sitio para verlo...es arriba del todo, en lo que viene a ser el gallinero, pero estás justo enfrente del escenario, nada de laterales, así que no pierdes detalle.
Y...se abrió el telón...un decorado precioso, de un jardín japonés ocupaba el escenario. ¡¡qué ópera tan bonita!! La que más me ha gustado de las que he ido a ver aquí en Viena. Los decorados, el vestuario y la cantante principal, que lo hizo de cine ¡¡hubo algún momento en que hasta me daban ganas de llorar!!¡qué bonita! sin duda repetiría...qué final tan bonito para un domingo tan estupendo. La sensación que tenía al salir de la Staatsoper, después de todo lo vivido aquel domingo era de felicidad total... y no me había hecho falta ni gastar mucho dinero, ni ponerme el mejor modelito, ni ir a la discoteca de moda...con un paseo al sol en un sitio tan bonito como Schönbrunn, una siesta al sol, un helado y unos noodles, la compañía de gente estupenda con la que echar unas risas y música para empezar y acabar el día, me sentía la persona más feliz del mundo.
DE EXCURSIÓN
Es lo que tiene la primavera,...que uno días son soleados, calentitos y agradables y otros grises, lluviosos y desapacibles. Ahora mismo en Viena llevamos una semanita con ración doble de estos últimos. Y quizás por eso precisamente, porque llueve y hace frío me vienen a la memoria esos primeros días de abril en que disfrutamos del sol
En especial uno: el super domingo, el domingo perfecto, el ¡¡¡qué bien me lo he pasado este domingo!!...al que podríamos sumarle un sábado ideal...¡¡¡qué gran finde!!
El sábado nos fuimos las tres Marías ( a saber: Laura, Celia y yo) con una amiga de Laura que había venido a visitarla, a Lainzer Tiergarten, al oeste de Viena, para ver la Hermesvilla: un palacete mu mono que el Francisco José le montó a la cabra de su mujer, Sissi, para que se desestresara de la vida de la corte, que tan poquito le gustaba a la señora. De este modo, la esposa no se le iba por ahí a hacer viajes a tomar por saco y la tenía más cerquita de Viena, y desestresada, que es lo importante.
Así que quedamos prontito el sábado, yo fuí a la resi de Laura y preparamos un par de tortillas de patata (¿qué es una excursión sin tortilla de patata?) para preparar en bocadillo y tomamos rumbo oeste.
Y ahí que fuimos con el metro, el tranvía...y luego faltaba coger un autobús,... un autobús que se acababa de marchar y el siguiente no volvía hasta una hora después...así que, pies para que os quiero ¡¡qué el día era estupendo para ir dando un paseito!! Y así, cantando la canción de Mojinos Escocíos "Las niñas de Lasalle" que nos fuimos dando un paseito.
Íbamos caminando hacia el Lainzer Tiergarten, y debía ser el mediodía cuando pasamos por delante de un parque-praderita, con su río y todo, la mar de bucólico-pastoril (que no nos gusta ni nada a nosotras lo bucólico-pastoril), porque teníamos todas más hambre que el perro'un gitano que se dice. Y como en el paque-praderita había unas cuantas mesitas de madera con sus banquitos, decidimos hacer allí la merendola: tortillas, patatas, palitos de esos de pan que venden aquí, con sabor a queso, fresitas... ¡qué bien nos lo montamos!
Y después del "lunch break" de nuevo en marcha hasta el parque. ¡Qué bonico el parque! vamos, que no es un parque, es que es un bosque...y tienen allí sus muflones, sus gamos... y escondido entre los árboles, la Hermesvilla...¡¡de un Sissi!! así con un aire entre rural y principesco ¡una monada! ¡yo quiero un Francisco José que me ponga una casita de esas!
Después anduvimos caminando por el bosque tratando de llegar a un mirador que supuestamente hay allí, pero en algún punto del camino debimos coger la ruta equivocada, porque lo único que hicimos fue dar un rodeo y volver al mismo sitio... :S ¡pero el paseo fue bien bonito!...inutil...¡pero bonito!
Hacia las seis y pico de la tarde estábamos ya reventaitas y el plan para el día siguiente era duro también...y con todo, el parque cerraba a las 7...así que cogimos el bus de vuelta a casita y a descansar...¡nos esperaba el domingo perfecto!
En especial uno: el super domingo, el domingo perfecto, el ¡¡¡qué bien me lo he pasado este domingo!!...al que podríamos sumarle un sábado ideal...¡¡¡qué gran finde!!
El sábado nos fuimos las tres Marías ( a saber: Laura, Celia y yo) con una amiga de Laura que había venido a visitarla, a Lainzer Tiergarten, al oeste de Viena, para ver la Hermesvilla: un palacete mu mono que el Francisco José le montó a la cabra de su mujer, Sissi, para que se desestresara de la vida de la corte, que tan poquito le gustaba a la señora. De este modo, la esposa no se le iba por ahí a hacer viajes a tomar por saco y la tenía más cerquita de Viena, y desestresada, que es lo importante.
Así que quedamos prontito el sábado, yo fuí a la resi de Laura y preparamos un par de tortillas de patata (¿qué es una excursión sin tortilla de patata?) para preparar en bocadillo y tomamos rumbo oeste.
Y ahí que fuimos con el metro, el tranvía...y luego faltaba coger un autobús,... un autobús que se acababa de marchar y el siguiente no volvía hasta una hora después...así que, pies para que os quiero ¡¡qué el día era estupendo para ir dando un paseito!! Y así, cantando la canción de Mojinos Escocíos "Las niñas de Lasalle" que nos fuimos dando un paseito.
Íbamos caminando hacia el Lainzer Tiergarten, y debía ser el mediodía cuando pasamos por delante de un parque-praderita, con su río y todo, la mar de bucólico-pastoril (que no nos gusta ni nada a nosotras lo bucólico-pastoril), porque teníamos todas más hambre que el perro'un gitano que se dice. Y como en el paque-praderita había unas cuantas mesitas de madera con sus banquitos, decidimos hacer allí la merendola: tortillas, patatas, palitos de esos de pan que venden aquí, con sabor a queso, fresitas... ¡qué bien nos lo montamos!
Y después del "lunch break" de nuevo en marcha hasta el parque. ¡Qué bonico el parque! vamos, que no es un parque, es que es un bosque...y tienen allí sus muflones, sus gamos... y escondido entre los árboles, la Hermesvilla...¡¡de un Sissi!! así con un aire entre rural y principesco ¡una monada! ¡yo quiero un Francisco José que me ponga una casita de esas!
Después anduvimos caminando por el bosque tratando de llegar a un mirador que supuestamente hay allí, pero en algún punto del camino debimos coger la ruta equivocada, porque lo único que hicimos fue dar un rodeo y volver al mismo sitio... :S ¡pero el paseo fue bien bonito!...inutil...¡pero bonito!
Hacia las seis y pico de la tarde estábamos ya reventaitas y el plan para el día siguiente era duro también...y con todo, el parque cerraba a las 7...así que cogimos el bus de vuelta a casita y a descansar...¡nos esperaba el domingo perfecto!
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